jueves, 31 de enero de 2013

40 y pocos y reinventándome

Así es ya estoy en los 40 y pocos, la vida pasa en un suspiro, ¿qué se le va a hacer? bueno pues vivirla lo mejor posible.

En este sentido yo puedo decir que soy muy afortunada, de verdad, porque he tenido la suerte, bendición, fuerza de poder hacer hasta ahora casi todo lo que he querido en la vida.

Quería estudiar en el extranjero, ¡hecho! hasta me he quedado por acá.

Quería dedicarme al marketing, ¡hecho! aunque he tenido días que he llorado, que he maldecido, pero en general ha sido una maravillosa experiencia.

Quería ser una mujer de negocios internacionales, ¡hecho! he viajado mucho por trabajo, me he sentido importante y soñada y hasta he disfrutado de las neurosis de eso.

Y entonces, ¿por qué reinventarme? Pues porque después de todo quise tener hijos, y ahora cuento con la bendición de tener dos, y son estupendos. Pero claro eso trabajando para otro no siempre es fácil de llevar.

Cuando tuve al primero, menos mal que estaba mi marido porque sino a saber qué hubiera pasado, yo iba como loca y siento que lo viví poco de bebé. Ahora con la segunda no quería que me pasara eso, así que fui muy estricta con mi horario, pero justamente coincidió eso con que cuando estaba embarazada hubo cambio de director general, y claro el señor tenía acciones de la compañía y por supuesto no veía con buenos ojos a una moza que cobrara estando en casa mientras cuidaba de los primeros meses del bebé, así que cuando regresé de mi baja maternal, no me faltó tiempo para darme cuenta de que no me quería en su equipo, así que yo ni tarda ni perezosa, me preparé para el desenlace.

Y en esas estaba cuando en mis manos cayeron maravillosos libros de autoayuda, de definición del objetivo definitivo, que me sacudieron y me hicieron darme cuenta de que sí, hasta ese momento había disfrutado y mucho de lo que había realizado, había aprendido muchísimo, me llevaba lo mejor de todo. Pero que era hora de cambiar porque mis intereses y deseos ya no estaban en ese mundo de negocios del marketing para grandes compañías.

Desde ese instante comencé a trabajar mi equilibrio personal, mi plenitud real, cuidar de MI FAMILIA; de MI TRABAJO y de MI YO.

En mi trabajo estoy desarrollando un nuevo proyecto empresarial y de emprendiduría, el cual sinceramente me emociona y me asusta, a veces me planteo regresar a trabajar para otros porque después de un par de meses no estoy viendo resultados, pero también pienso que pueden mejorar.

En mi familia, mis hijos están realmente felices de estar más conmigo, disfruto inmensamente de jugar con ellos por las tardes y de inventarnos canciones, pasear juntos y verlos caminando tomados de la mana o jugando, me llena de orgullo y felicidad. Con mi marido nos reímos mucho, y podemos platicar bastante más de las cosas que realmente nos afectan a ambos.

Para mi Yo, sigo leyendo, formándome, con el yoga y caminando un mínimo de 30 minutos diarios, algo que no hacía por falta de tiempo, y eso es terriblemente malo, uno tiene que darse tiempo para hacer algo importante por uno mismo, quererse.

Vamos que estoy en la reinvención y el punto complicado es el profesional, porque aún no despega y porque he salido de mi zona de confort, ya que al cambiar yo en lo personal he encontrado temas y estudios en lo profesional que me fascinan mucho más que el marketing, como son las finanzas, las finanzas personales, la educación, en fin que abogo porque toda persona pueda tener la posibilidad de cambiar de profesión si así lo cree conveniente, pues finalmente para como van las cosas deberemos trabajar hasta los 75 años, y mejor hacerlo siempre en cosas que nos apasionen en ese momento.

Valentina soy y estoy reinventándome para tener una siguiente etapa de vida plena, satisfactoria y en rasgos generales feliz.


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